lunes, 9 de febrero de 2015

"Momento aeropuerto", mi favorito


Bueno, pues de momento, creo que nada más; excepto quizá que tengo una lista de "cosas que hacer y comprar" casi tan larga o más a la de "cosas que van sí o sí dentro de las maletas". Y diga LAS, sí, en plural, porque soy esa clase de persona despreciable que se va de viaje y mete y mete y mete... "por si...". Si es que soy peor que una madre de Burgos diciéndole a su hijo/a al salir en casa en pleno julio que coja la rebequita por si acaso. Pues yo igual. Da igual que luego no me ponga la mitad de las cosas, y que la otra mitad pueda encontrarla allí y más barata, pero yo no puedo salir de mi casa sin todo lo que quiero llevarme; más en un país donde están a -1 grado. Joder, que ya lo decía Serrat,  "yo nací  en el Mediterráneo".

Y claro, luego pasa lo que pasa, lo que yo llamo "momento aeropuerto". No me mal interpretéis, no tengo miedo a volar ni a subirme a un avión. Pero el aeropuerto me da un pánico y una fobia que oiga usted, ni las cucarachas, esos bichos que sobreviven a una bomba nuclear. Porque, ¿pesará mi maleta 0,0001 gramo más de lo debería y me cobrarán 50€? ¿Me harán tirar algo? Y estás en la cola de facturación, y cada paso que avanzas es un paso más directo al infierno. ¿Y qué hago si mi maleta se pasa? Claro, yo lo he pesado en casa, ¿pero y si la báscula no funciona igual? Que todos sabemos que pesarse en una farmacia u otra puede hacerte perder o engordar por lo menos, medio kilo. Y así y así va pasando el momento, y tú cada vez con una taquicardia mayor.

Llega el momento de pesarlas, momento en el que quieres gritar, tirarte de los pelos y patalear como si tuvieras 5 años. Chorreones de sudor te están cayendo por la frente y otras partes innombrables del cuerpo. Y entonces pueden pasar dos cosas: que las maletas estén en su peso correcto (o justo), con lo de que pronto quieres ponerte a reír y a danzar allí mismo; o que no lo estén. En este caso, las posibilidades se abren cual esquema de secundaria en el caso de tener un exámen.

-Si no es mucho, la azafata puede ser maja y hacer la vista gorda.
-Si no lo es, ya puedes pasar vergüenza ajena y propia abriendo tu maleta en pleno aeropuerto, la gente mirándote mal por hacer tapón, poniéndote o intentándolo en un rincón donde no molestes a nadie, mientras empiezas a mostrar alegramente tu ropa interior a extraños y ajenos. Si tienes suerte de ir con alguien, puedes darle algo para que se lo lleve. Otra opción ya muy típica, es cargarte cual muñeco Michelín capa sobre capa o Falete en su peor día.

En fin, vuelves a cerrar las maletas como buenamente puedes, rezando a todos los dioses conocidos, desconocidos, habidos y por haber que ya esté todo correcto, pero con una organización interna que desde luego ya no se parece a lo que había al salir de tu casa, y pesas la maleta otra vez. En esta ocasión, si tienes suerte, puede dar la talla y facturarla. De no tenerla, vuelva usted al paso anterior, porque claro, la nueva gente que ha ido avanzando haciendo cola aún no ha visto de qué color te estás llevando las bragas, o si éstas hacen juego con tus sujetadores.

Una vez has dicho adiós a tus maletas con la mano mientras las ves alejarse por la cinta esa corrediza, mientras te preguntas si es la última vez que las ves o si acabarán en el mismo aeropuerto que tú, ya puedes respirar tranquila.

Y puede pareceros una tontería (o seguro que muchos habéis pasado por tal experiencia), pero yo tuve que jugar al tetris de peso en el aeropuerto de Edimburgo, cambiando un kilo de la maleta facturada a la de mano, tirando otro kilo de pintauñas a la papelera y luego pagando 50 libras por otro kilo que era imposible ya cambiarlo de lugar.

6 comentarios:

  1. Que vivido por Dios!! Quien no ha pasado por eso .... Rectifico. Que mujer no ha pasado por eso! Pintauñas en serio? Un kilo? Que ya se que te relajan pero... Un kilo? Que no puedes llevar dos colores y ya cuando estes alli ni te acordaras de pintarte... Ainsss Sin mas comentarios...
    Solo decir que yo te veo ademas haciendo fuerza tumbada sobre la maleta para poder cerrarla jajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En serio, 1 kilo, y para 3 semanas ¿No recuerdas que cuando volví tuve que empezar de nuevo a hacerme una colección de pintauñas? Pues fue por aquello. Lo más triste fue que, al estar de "vacaciones" no paraba en casa y es verdad que no me las pinté creo que ni una sola vez.
      Ahora, como será diferente, sí que lo haré, para para el tiempo que me voy, no quiero ni imaginar lo que puedo meter en esas maletas de cosas inútiles que no usaré xD. Creo que necesito una aduana en mi casa... que me digan qué puedo meter y qué no xDDD

      Eliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Por eso voy... Sere tu aduana personal y la voz de la conciencia desde el lado oscuro jajajajajaja Si es que no me puedo querer mas!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que más bien vas a ser lo que siempre has sido... La mejor amiga que nadie puede tener jamás

      Eliminar
  4. Por eso voy... Sere tu aduana personal y la voz de la conciencia desde el lado oscuro jajajajajaja Si es que no me puedo querer mas!

    ResponderEliminar