domingo, 22 de febrero de 2015

Mudanza

En respuesta a la mierda del blog éste que no me deja publicar una puta mierda y que llevo un montón de retraso, he decidido mudarme a otra compañía (que te jodan, blogger).

https://diariodeunaslytherinaupair.wordpress.com/2015/02/22/be-sobable/


viernes, 20 de febrero de 2015

Be sobable



(Entrada escrita ayer, 19/02/2015, pero editada y publicada hoy por culpa, otra vez ¬¬’, de problemas con el blog, la conexión a Internet, el pc abuelo o lo que cojones sea…).

Querido diario:

Porque el trabajo de un perro es dejarse sobar y ser sobable. Ésa es la última conclusión final que mi esposa/hermana mejor amiga Morrygan y yo hemos llegado en nuestra primera llamada internacional a cobro revertido (más conocido también por el s. XXI como Skype, pero ya sabéis que yo siempre ando un poco atrasada en todo). (Aquí dejo además un poco de publicidad gratuita, os recomiendo su blog: https://suchwickedthings.wordpress.com/ que ha empezado por pura envidia desde que yo tengo el mío; pero aunque tiene más faltas de ortografía que yo, le reconozco que su estilo de escritura es mejor).
Bueno, ¿qué me ha pasado hoy? Sé que lo estáis deseando. Pues vaya puta mierda de día. Esta entrada va a ser muy corta, os lo prometo. Porque tras llevar a Otis a la guardería, estaba súper cansada. ¿Y por qué?, os preguntaréis, mis queridos Hogwartianos, "si te estás tocando la pepitilla todo el día".



Yo, trabajando



Pues no, no me la estoy tocando, que bastante tengo con lidiar con 4 seres humanos a medio hacer todo el puto día y estar encerrada en una casa que no es la mía y sin salir. Y sin Dragon Age Inquisition.
¿Y por qué os digo esto? Me gustaría veros a vosotros en mi lugar, cuando dos semi-humanos entran en mi habitación a las siete menos cuarto de la mañana, gritando y revolcándose en mi cama, despertándome sin ningún tipo de vergüenza, pudor ni contemplación ante el hecho de que tú estás en tu puta cama, en tu puta habitación y durmiendo.



Morid, cabrones



 Pues por ésta y otras razones, me he metido en mi habitación toda somnolienta pidiendo al cielo o al infierno, a estas alturas ya me daba igual, para que me dejaran dormir. Pero ni el cielo ni el infierno estaban por la labor de escucharme, más bien estaban alineados ambos en un "jódete, bitch", porque ni 3 minutos después de cerrar la puerta entra Hugo, con el único gran propósito de tocarme los cojones. Me pregunta que hasta cuándo voy a levantarme y le digo que hasta la comida. Propósito que casi cumplo, porque sólo me he levantado a las 10 para hacer acto de presencia como adulta cuando la mujer de los servicios sociales ha vuelto a las 10, en punto, oiga usted, tal como prometió, que ni puntualidad alemana, y eso que vivimos en el último rincón del coño de la Charito. A lo que tras darle los buenos días, reñir a George, decirle que no me importaba una mierda lo que opinara sobre mí, me fui al catre de nuevo, porque el padre me había pedido que a esa hora estuviera en casa, pero no mencionó en absoluto en qué estado.